En la prensa el debate sobre la implantación en los aeropuertos de diversos países de los conocidos como escáneres corporales está suscitando una gran polémica sobre los tiempos de espera y la privacidad del pasajero. Reino Unido, Holanda y por supuesto los EE.UU. ya han empezado a «blindar» sus terminales aéreas con estos aparatos.
¿Es peligroso utilizar estos escáneres corporales? ¿De qué estamos hablando? ¿Está convenientemente evaluado su riesgo? ¿Afecta al embarazo? ¿Existe una dosis máxima?
¿De dónde surgen los escáneres corporales?
Aunque la teoría se conoce desde hace años, llevamos muchos intentando encontrarle alguna utilidad; sin ir más lejos, en el año 2008 se utilizó por primera vez a temperatura ambiente en los conocidos como Quantum Cascade Lasers. El origen de todo está en un trabajo de la Agencia Espacial Europea y en un contrato con la empresa ThruVision.
La tecnología que permite la aparición de estos escáneres corporales es muy reciente, sin embargo conocemos sus bases desde hace tiempo. Se la conoce como «radiación T» ya que está constituida por el espectro de ondas electromagnéticas cuya frecuencia está entre 300 gigahercios (3x1011 Hz) y 3 terahercios (3x1012 Hz). Todo esto queda bastante más claro en la siguiente imagen que podéis ver abajo.
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Extraída y modificada de la Universidad de Murcia
Por lo tanto, esta longitud de onda no tiene capacidad ionizante para la materia; es decir, no causaría ningún tipo de alteraciones en el ADN ni en otras moléculas del organismo ya que no tiene suficiente energía para romper estas moléculas. Teóricamente hablando, decir que una ráfaga de radiación T es perjudicial para la salud es como decir que las ondas de Wi-Fi son cancerígenas o que los hornos microondas matan. Estas afirmaciones están más cercanas a la paraciencia que la evidencia existente en la actualidad.
Pese a ello, varios estudios han sugerido que puede existir un determinado riesgo sobre la salud con la utilización de ondas T. Analicemos cuáles son las propiedades de estas ondas para comprender qué mecanismos serían responsables de este daño.
¿Cómo funcionan?
Los escáneres de terahercios nos irradian con ondas T y analizan el reflejo de las mismas sobre nuestro cuerpo (como si se tratara de un espejo) para crear digitalmente una imagen del patrón de reflexión. En la foto de abajo podéis ver el resultado de la reconstrucción digital comparada con la fotografía real del voluntario.
Uno de los puntos fuertes de esta longitud de onda es que consigue atravesar telas, plásticos, cerámica, papel y determinados tejidos orgánicos. Como no logra atravesar el agua no penetra en el interior del organismo y se refleja en la superficie aunque eso sí, consigue penetrar unos milímetros en la grasa; tampoco es capaz de pasar a través del metal.
El aspecto más interesante de la radiación T, sin embargo es que cualquier molécula de la naturaleza las emite de forma natural. De modo que cualquier cuerpo a más de 10 grados Kelvin emite ondas T, y lo que es aún mejor, se puede analizar la morfología de estas ondas para distinguir los materiales y su composición química; o dicho de otra manera, podemos saber si el objeto que estamos viendo es metálico, plástico, un explosivo determinado, etc.
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Ejemplo de escáner Terahertz de alta definición
¿Existen evidencias sobre sus riesgos?
De este modo y uniéndolo al punto anterior sobre las características físicas de las ondas T es de suponer que resultan inocuas para el ser humano ya que no penetran en el organismo y además no se incluyen dentro de la radiación ionizante. Y sin embargo ahí siguen los estudios que hablan de un posible perjuicio de esta tecnología. ¿En qué se basan?
Hasta el momento hay un empate técnico entre los que dicen que sí es dañino y los que no, ya que pese a que la lógica y el conocimiento actual, las evidencias son todavía escasas y la presencia de resultados desfavorables exige cautela antes de aplicar de forma masiva los escáneres de Terahercios.
Un equipo de Los Alamos National Labs, capitaneado por Boian Alexandrov ha propuesto un modelo para investigar cómo es posible que contraviniendo todos los conocimientos actuales la radiación T pueda generar daños en nuesrtos genes. Desde luego se trata de una explicación muy elegante que echa mano del fenómeno de Resonancia Mecánica (para comprender mejor este fenómeno te invito a pasar por Microsiervos).
Según esta teoría, la resonancia que se produce en el interior del núcleo celular permite a las ondas T desempaquetar el ADN y producir una bullas en la doble hélice de forma que interferiría con procesos esenciales de lectura, interpretación y copia de nuestros genes. Por simplificar, es como si nos pusiéramos a gritar en el interior de una mina muy inestable provocando que la estructura se colapse en un punto determinado, no destruiríamos toda la mina pero bloquearíamos el acceso.
Siguiendo las propias conclusiones del artículo se establece que el efecto genotóxico de la radiación T es más bien probabilístico (o estocástico
¿Y ahora qué?
Pues por el momento, mucha calma. Todavía estamos ante una teoría que debe recorrer un largo camino antes de poder darse por válida. No sabemos hasta qué punto puede ser peligrosa la radiación T ni tampoco si existe una dosis de riesgo o si su efecto es progresivo. Lo mejor por lo tanto es evitar exponerse a radiación T mientras se investiga todo esto y desde luego, los gobiernos deben mantener en cuarentena sus nuevos juguetitos.
Pensemos que pese a tratarse de una radiación natural, emitida por todo cuanto nos rodea, no estamos hablando de simplemente captar esa radiación si no de bombardear a millones de personas cada día e incluso en repetidas ocasiones. Más que un tema de privacidad, es una cuestión sanitaria.
Desde mi punto de vista, aplicar desde ahora los escáneres corporales en todos los aeropuertos a nivel mundial es un grave error propiciado por un clima de terror y pánico con un claro origen. Siempre se ha dicho que es mejor pensar las cosas en frío y desde luego las ondas T no son una excepción pese a su nombre al más puro estilo Star Trek. Aplicar tecnología cuya seguridad está en duda sólo serviría para alimentar a ciertos sectores conspiranóicos y paracientíficos en su afán por elucubrar terroríficos complots dirigidos por la oscura mano de vaya-usted-a-saber-quien.
Pido disculpas por la inusual extensión del post pero he querido expresar tanto ideas técnicas como divulgativas, espero que al menos sea útil para alguien.
Si todavía tenéis ganas de más «Rayos T» además de visitar todos los enlaces del artículo podéis visitar a uno de los grandes fabricantes de escáneres de Terahertz o seguir las noticias que vayan surgiendo en Google News.