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Facebook: Contacto Médico-Paciente en la Red (II)

No cabe duda de que la inclusión de Internet en nuestra jornada de trabajo y en nuestro tiempo libre es una realidad. Facebook ya supera los 350 millones de usuarios activos a nivel mundial, pasando a ser la séptima web más visitada según Alexa.com y la segunda en datos de Quancast. Con estos números es evidente que Facebook se ha convertido ya en la red social más importante y económicamente más rentable de la historia de Internet. Esto la convierte en una empresa poderosa ya que acapara la información de cientos de millones de personas, la mayoría de las cuales ni tan siquiera leyó alguna vez las políticas de privacidad que acepta al darse de alta en la misma.

Con la ley en la mano, Facebook posee los derechos de explotación de todos los contenidos alojados en sus servidores, desde nuestras fotos de vacaciones hasta de los momentos más íntimos o privados e incluso los mensajes privados que intercambiamos con nuestros contactos. Por lo tanto hay que tener en cuenta que privacidad y Facebook son hoy por hoy términos incompatibles ¿pero qué sucede en la realidad? ¿cómo afecta todo esto a nuestra relación con los pacientes? ¿podemos comunicarnos con determinados pacientes a través de Facebook?

En cuanto a la debida privacidad en la que se basa toda relación médico-paciente, cualquier red social, ya sea Facebook, Tuenti o redes sanitarias especializadas suspenden en el aspecto ético. Muchos de los perfiles son públicos por defecto, de hecho con la última actualización de las condiciones de privacidad de Facebook, Marc Zuckerberg afirmó que la época de "la privacidad ha terminado". Este aspecto, sumado al anterior según el cual Facebook es dueño y señor de todos nuestros datos publicados en su web, hacen incompatible una relación médico-paciente convencional.

Aunque sería impensable intercambiar datos clínicos y juicios diagnósticos a través de Facebook atendiendo a las condiciones de intimidad que se dan en esta Red Social (y en otras similares) ¿es legítimo agregar a nuestros pacientes al círculo de amigos por el simple hecho de charlar con ellos?


Debemos tener en cuenta que nuestra relación con los pacientes se basa en la confianza y el ambiente íntimo en la que se desarrolla, no podemos por lo tanto forjar una relación seria y moralmente sana a través de un contacto público y desprovisto de toda intimidad. La MDU, respondiendo a las preguntas de los médicos sobre este tema recomendó evitar todo tipo de contacto con los pacientes en Facebook.

Algunos doctores comunicaron a la MDU que les parecería arisco no responder, aunque sólo sea para rechazar cortesmente, pero dado que esta no es una vía de comunicación profesional, cualquier comunicación de este tipo quedaría claramente fuera de la relación médico-paciente.

-- Dra. Emma Cuzner

El contexto en el que la Dra. Cuzner pronunció estas palabras fue la publicación de unas recomendaciones sobre el flirteo con los pacientes y cuenta la historia de una anestesista a quien un paciente pidió tomar "unas copas" conforme salía de la interveción, ante la negativa, el paciente acudió al perfil de la médico y viendo la información pública que aparecía allí le envió un ramo de sus flores favoritas.

Puede parecernos un caso extremo, sin embargo ya conocemos a ladrones encarcelados gracias a sus perfiles de Facebook y su torpeza, asesinos enjuiciados por artículos publicados en blogs y toda una serie de noticias asociadas que además de alimentar las retrógradas mentes de quienes intentan salvaguardar a la sociedad de los peligros de internet, son un motivo más que sobrante para andar con mucho ojo con aquello que exponemos sobre nosotros mismos.

Sin embargo hasta el momento sólo hemos hablado de la privacidad del paciente y de la relación con el profesional. Pero, ¿dónde queda la autonomía del médico? ¿y su propia privacidad?

Existen indicios que vinculan una mejor percepción de la atención recibida cuando se promueve el uso de páginas web informativas y se facilita la comunicación con el sanitario por correo electrónico. Sin embargo un tercio (30,8%) de los médicos tanto de atención primaria como hospitalarios perciben Internet como un peligro para su trabajo.


Volviendo a Facebook, debemos recordar que los pacientes -salvo casos particulares- no son nuestros amigos, por duro que suene, en la mayoría de los casos el botón [Ignorar] es la opción más acertada en Facebook. Sin embargo existen determinadas condiciones en las que resulta razonable establecer contacto a través de redes sociales similares:

  • Ambos, médico y paciente, son conscientes de los escasos límites de privacidad de Facebook y por tanto sólo compartirán datos clínicos lo suficientemente ambígüos como para sentirse cómodos dentro de la necesaria privacidad de la relación.

  • Existe una relación solida previa basada en el contacto directo que seguirá existiendo de forma regular y este no será de ningún modo sustituido por las consultas puntuales o dudas que puedan surgirle al paciente y que sí puedan ser resueltas sin atentar a su intimidad mediante mensajes privados.

  • El paciente comprende que el médico contacta con él a través de Facebook por propia voluntad y sin que la atención a través de este medio sea más que un acto altruista, de forma que no crea ninguna obligatoriedad para el médico ni un derecho añadido para el paciente. Es posible que en un momento determinado el médico decida terminar este contacto, esto debe quedar muy claro para que llegado el caso no perjudique a la confianza depositada por el paciente.

Uno de los aspectos más conflictivos a la hora de agregar a un paciente a nuestras redes sociales lo genera el hecho de que estos tendrán libre acceso a nuestras fotos, comentarios o red de contactos. De forma que estamos también comprometiendo la intimidad de terceras personas que no pertenecen a la ecuación.

Se han escrito cientos de artículos sobre el tema y muy pocos han dado con la solución más simple. Y es que Facebook permite a sus usuarios crear páginas, conocidas como Fansites donde uno puede hacerse fan. Sería como si el médico crease un blog dentro de Facebook dedicado a sí mismo y sus pacientes se unieran, pudiendo comentar y compartir experiencias, creando foros de discusión, intercambiando enlaces y vídeos, etc. En definitiva una solución inteligente que además preserva la intimidad de quienes están unidos al mismo Fansite dado que no implica ser incluido en la red de confianza.

Se puede también crear una página para un Departamento de un Hospital e incluir a todos los médicos del mismo como administradores o como fans de forma que se crea una pequeña red social exclusiva y que está controlada por los propios médicos. Una solución elegante y que probablemente irá imponiéndose de modo que se eviten situaciones delicadas en las que tanto el médico como el paciente pueden resultar perjudicados.

En todo caso siempre es necesario practicar estas diez recomendaciones para evitar situaciones que pueden acabar mal.

Podéis seguir toda la serie desde el primer artículo: Contacto Médico-Paciente en la Red (I). También os invito a pasar el próximo martes, cuando seguiremos con esta serie de artículos dedicada a la relación médico-paciente online.

2 comentarios:

  1. Hola Jorge, muchas gracias por tus palabras y por tu visión.
    Dedicaré también un artículo, probablemente el próximo martes, a tratar las peculiaridades de las Redes Sanitarias especializadas como Vi.Vu ya que esta es una serie de artículos en la que me gustaría reflexionar con la ayuda de todos los lectores sobre las cuestiones que afectan a al relación médico paciente en la Web 2.0. También me gustaría hablar de Twitter, Blogs, YouTube, buscadores de síntomas, etc.
    Un saludo.

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  2. Saludos, amigo. Está muy interesante su reflexión sobre la relación médico-paciente en las redes sociales. Pero a esto quiero agregar una pregunta:

    ¿Qué piensa Ud. de los médicos y/o enfermeros(as) que publican en las redes sociales fotos y videos en los que se muestran las condiciones del paciente (herido o enfermo) o que muestran procedimientos quirúrgicos? ¿Piensa Ud. que esto va en contra de la ética médica? ¿Piensa que estos contenidos pueden estar al alcance de todo el mundo sin dársele necesariamente una connotación educativa o informativa?

    Me gustaría saber su respuesta. PD: No soy médico, soy paciente.

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