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Por qué la telepatía no existe ni existió jamás (I)

Aitor GUITARTE VIDAURRE
Seguro que has imaginado alguna vez lo chulo que sería poder leer las mentes de otras personas o, si eres un poco más paranóico, lo terrible que sería que hubiera alguien por ahí destapando nuestras oscuras ideas.

La capacidad telepática ha fascinado al ser humano desde hace siglos y ha servido de caldo de cultivo para cientos de teorías que yo gusto de llamar conspiranóicas. Desde los gorritos de papel de plata que no sirven para nada, hasta películas de domingo por la tarde se han valido de la telepatía para vendernos el cuento.

Wireless brain telepathy
Pues bien, aquí y ahora vamos a desmentir semejante teoría con un poco de filosofía y un puñado de ciencia.

Ante todo, quede claro que voy a hablar para gente normal y corriente capaz de admitir que el cerebro humano rige nuestras acciones del día a día y que además nuestro cerebro es quien nos hace ser nosotros ya que en él se almacenan nuestros recuerdos y que gracias a él podemos interactuar con el mundo que nos rodea. Por favor, si no coincides conmigo en esto y sin ofender, no sigas leyendo, no te va a gustar saber la verdad.

Lo dicho, si te encanta La nave del misterio y cada tarde quedas con tus amigos para comentar el horóscopo y visitar al a bruja Lola; no sigas -avisado quedas-.

Bien, si has llegado hasta aquí, enhorabuena, eres lo que socialmente se conoce como una persona "con dos dedos de frente", ahora metámonos en harina y empecemos con un poco de ciencia.

La telepatía es una chorrada como un piano. ¿Por qué? Hay varias razones, la primera es muy gorda, todavía no hay pruebas de que exista ni teorías -serias- de cómo podría funcionar. Tal vez parezca poco contundente, pero ¿si te digo que en pubmed -el google de los artículos científicos- hay 171 artículos y 9 reviews -revisiones- sobre telepatía?
Uno de los experimentos más repetidos consiste en usar las cartas de Zener, cinco cartas con un símbolo distintivo cada una. Durante el experimento un voluntario hace de emisor y otro de receptor. El emisor toma una carta al azar y el receptor debe acertarla, así de simple, así de eficaz siempre y cuando se barajen las cartas adecuadamente y se aísle a los individuos correctamente. Si repitiéramos la prueba infinitas veces y el porcentaje de aciertos fuera superior al 20%, podríamos decir que hay algo más que el azar.

Pero algo más no implica telepatía, puede ser un fallo en el diseño del experimento, en el análisis de los datos... Y esto es lo que no entienden muchos parapsicólogos que cuando hacen un experimento de este tipo y resulta favorable para sus teorías enseguida claman al cielo diciendo que ha sido debido a poderes sobrenaturales.


En primer lugar, la ciencia actual se basa en no dar nada por supuesto ni por comprobado hasta que no haya una fuerte evidencia en su favor y el caso de la telepatía es el contrario. Existe una fuerte evidencia en contra de su existencia y unos pocos experimentos que apoyan que haya algo más que azar.

El experimento Ganzfeld es una clara muestra de ello. Y unas de las muchas críticas que recibió se debieron a querer dar por sentado que ese algo más por encima del azar -que luego se ha desmentido- significaba que existía la telepatía.

¿Tal vez existió un ser humano con capacidades telepáticas?, ¿tal vez sólo unos pocos son capaces de desarrollar la telepatía?, ¿tal vez...?

A esas preguntas y a muchas otras daremos respuesta en la segunda parte de "Por qué la telepatía no existe ni existió jamás". Si tienes alguna duda sobre lo dicho hasta ahora deja tu comentario y te contestaremos.

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