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SALUD EN UN MUNDO DIGITAL

Un resumen de la Guía FDA sobre Apps Médicas

La FDA publicaba en septiembre de 2013 una guía para la regulación de las aplicaciones móviles médicas que llevábamos dos años esperando. La guía proporciona una explicación profunda de los actuales parámetros de la agencia para considerar que una aplicación móvil transforma un smartphone en dispositivo médico, y ser por tanto merecedora de la regulación por parte de la FDA.

El principal punto de esta guía está en remarcar la importancia que atribuye la agencia a la funcionalidad, por encima de la plataforma sobre la que ejecutemos la aplicación. Por lo tanto, no se verán afectadas aquellas app médicas que no puedan suponer un riesgo para la seguridad del paciente cuando haya un fallo en su uso o en la información que aportan. Es decir, que sólo se regularán las aplicaciones cuya intención sea apoyar el diagnóstico, el tratamiento o la prevención de una enfermedad o pretenda afectar a la estructura o función del cuerpo humano. Sin embargo la regulación será la misma para todas las aplicaciones que estén diseñadas para ejecutarse en terminales móviles, ya sea a través de la instalación de una app en el propio dispositivo o mediante aplicaciones web (por ejemplo, escritas en HTML5).

Quedan por tanto fuera de las directrices de la FDA aquellas aplicaciones que estén enfocadas a la educación de los pacientes en temas de salud. En tierra de nadie se quedan las aplicaciones dirigidas al auto-cuidado de la salud, los sistemas de gestión de información sanitaria y de Historia Clínica Electrónica; este tipo de aplicaciones no serían reguladas de forma directa pero serán estudiadas de forma individualizada.

| + info en la propia guía de la FDA o en este resumen elaborado por la HIMSS.

El fin de la tecnología de rayos X, tal como la conocíamos

Es algo que se enseña en clases de física del instituto y en los primeros años de la carrera: el descubrimiento de los rayos X por Röntgen, y los experimentos de Tesla y Crookes con tubos de vacío. El proceso clásico de su obtención consiste en desacelerar haces de electrones muy energéticos que viajan a través de un tubo de vacío o con gas a baja presión desde un cátodo hasta un ánodo inclinado que apunta la energía emitida del choque en forma de rayos X hacia el objetivo deseado, en nuestro caso, alguna parte del cuerpo del paciente, a través de una ventana transparente.

En 100 años, este esquema para la obtención de rayos X no ha variado demasiado. Se necesitan máquinas aparatosas y caras, no siempre accesibles para todos en cualquier lugar. Teóricamente, hasta ahora.

Pero eso puede cambiar. Tribogenics, una empresa norteamericana, trabaja desde hace tiempo en un nuevo sistema de obtención de rayos X a partir de la llamada triboluminiscencia, un efecto observado desde hace siglos pero no muy bien conocido hasta hace poco, que consiste en la emisión de luz por la separación y posterior unión de cargas eléctricas tras la acción mecánica sobre un sólido, como por ejemplo la rotura de algunos cristales determinados en condiciones específicas.

Fue en 2008 cuando investigadores de la Universidad de California describieron en un artículo en Nature cómo habían conseguido emitir rayos X (además de luz visible) usando una cámara de vacío y cinta adhesiva Scotch:

Si. Habéis leído bien: cinta adhesiva. Desenrollando cinta adhesiva barata y cutre bajo condiciones especiales se puede conseguir emitir rayos X. La empresa de las que os hablaba antes, Tribogenics, afirma haber desarrollado (partiendo del mismo principio de los experimentos con la cinta adhesiva) una nueva tecnología basada en polímeros metálicos que pueden incorporarse en aparatos realmente pequeños que permitirán la creación de emisores de rayos X que no sólo son portátiles (del tamaño de un smartphone), sino más baratos y seguros (los cristales de los tubos de vacío son frágiles).

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Carlos Camara, miembro de Tribogenic, y su nuevo emisor de Rayos X

Una tecnología que revolucionará totalmente la técnica de la radiología de rayos X. Según los desarrolladores, permitirá, entre otras cosas, que estos aparatos, ahora carísimos y grandes con un manejo que requiere personal especializado, sean accesibles a lugares con pocos recursos (como países del Tercer Mundo).

| vía singularityhub