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De espaldas a la realidad

La mayoría de los seres humanos viven ignorando la certeza de que morirán. Quizá ello explique por qué el refrán "más vale una onza de prevención que una libra de remedios" pesa tan poco en su conducta cotidiana. Incluso cuando se trata de hacer algo para proteger a sus hijos, los padres son capaces de ignorar que los suyos pueden morir en un mundo desarrollado o de aceptar que los niños están muriendo, de hecho, en los países en vías de desarrollo. En ambos casos, los padres tampoco suelen buscar ni exigir las mejores medidas preventivas disponibles. Salvo que las leyes lo ordenen en el primer caso, o que las organizaciones benéficas o los gobiernos las proporcionen en el segundo, las inmunizaciones a escala mundial seguirán estando siempre muy lejos de su meta."

-- Gerald T. Keusch, Kenneth J. Bart, Mark Miller (2005; 16ª). Cap. 107: Fundamentos de la inmunización y uso de las vacunas, Harrison Principios de Medicina Interna, McGraw-Hill.

5 comentarios:

  1. Hola Enrique,

    Si como dices la prevención ha calado en nuestros paisanos ¿cómo seguimos viviendo con tasas de obesidad crecientes? ¿por qué las tabacaleras siguen haciendo negocio? ¿y el alcohol? ¿qué hay del ejercicio físico?

    Creo que más que haber ganado la batalla de la prevención, hemos logrado la medicalización de una sociedad a la diferentes entidades han atemorizado con la llegada de pandemias aniquiladoras para las que luego han generado remedios.

    Debemos difundir una prevención sana y el Harrison puede ser el medio, como cualquier otro, para transmitir, primero a los médicos y a través de ellos a la sociedad; la necesidad de trabajar por la salud de una sociedad cada vez más envejecida desde la prevención.

    Si me gustó este fragmento y lo he publicado es por nostalgia, muchas veces da la impresión de que en favor de lo científico dejamos de lado lo humano. Es raro hoy en día encontrar verdadera literatura médica. No creo que un párrafo de reflexiones personales en la introducción de un tema convierta a los autores del mismo en pseudoexpertos.

    Un saludo

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  2. Hola, Aitor,
    Matizo.
    Del texto en sí que sacas del Harrison sólo comparto esta frase:
    "Incluso cuando se trata de hacer algo para proteger a sus hijos, los padres son capaces de ignorar que los suyos pueden morir en un mundo desarrollado o de aceptar que los niños están muriendo, de hecho, en los países en vías de desarrollo."
    Lo demás no lo comparto. Y te explico.
    Cuando me refiero a que el mensaje de que "más vale prevenir" haya cundido me refiero a eso mismo, a que "el mensaje" ha cundido. Que haya cundido no significa que tenga efecto. Todo el mundo, prácticamente, sabe que fumar es malo, pero un tercio de la población fuma. Todo el mundo sabe que hay que estar inmunizado contra el tétanos, sin embargo probablemente no todo el mundo estén bien protegido. Y así podríamos poner muchos ejemplos.
    Los profesionales sanitarios no estamos al margen de estas dinámicas. Sabemos que la aspirina es efectiva en la prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares en pacientes con diabetes mellitus de alto riesgo coronario (al parecer sólo en éstos, y no en todos los diabéticos, según se ha podido demostrar recientemente), pero, según series, sólo a un tercio de ellos les prescribimos la aspirina. También hay evidencias de que no es necesario reiniciar el ciclo de vacunación antitetánica ante una persona que sufre una herida si lleva más de 3-4 vacunas puestas a lo largo de la vida, y sin embargo y casi sin pensar ponemos vacunas del tétanos a cada persona que llega a las urgencias con una herida, independientemente del número de vacunas que haya recibido, sin contar con que la sobreinmunización puede ocasionar riesgos innecesarios.
    ¿Qué quiero decir con esto? Que hay muchos factores, a veces irracionales, que inciden en el proceso de toma de decisiones y que afectan tanto a poner una vacuna como a aconsejar una dieta. Muchos factores. También lógicamente en el paciente, que se adhiere o no a nuestras recomendaciones en función de miles de variables que se nos escapan.
    Así que el texto del Harrison me parece sumamente simplificador (habrá vacunas cuyo balance beneficios-riesgos-inconvenientes y costes hagan recomendable su uso, pero las hay que no. Así pues, no podemos estar “a favor o en contra de la vacunación”, en general, como propone el texto, sino de determinadas y concretas vacunas y no de otras) y sesgado (la visión es muy paternalista, el médico decide y el paciente –“ignorante de la certeza de morir”- es el que no quiere cumplir y el que no quiere vacunarse).
    Por otro lado, creo que para lanzar reflexiones hay foros y textos más adecuados. Un libro de texto clínico no creo que sea la mejor vía para promover a la reflexión, pero si lo hace al menos debe basarse en datos, no en opiniones subjetivas. Es decir, que una cosa no quita la otra. Si yo en un texto científico me pongo a invitar a la reflexión en base a conjeturas lo que hago es un discurso un tanto incierto para ese contexto; si lo haces en un blog la cosa cambia, porque un blog es un medio que busca el debate, en base a veces a datos, otras en observaciones, otras en meras opiniones. Pero un libro de texto no debe basarse en eso, entiendo. Y menos uno de la talla del Harrison. Me sorprendió sobremanera... Y sobre todo porque el fondo de la cuestión me parece discutible.
    Por todos estos motivos, sinceramente pienso que el que está, como reza en el título del post “de espaldas a la realidad” es el autor del texto.
    Pero no te lo tomes a mal, Aitor, que no es contra ti. Tampoco lo es contra nadie en particular. Sólo estoy tratando de argumentar lo que pienso. Para eso están los blogs, no?
    ;-))
    Un abrazo y gracias

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  3. Interesante reflexión. Precisamente acerca de las vacunas estuvimos hablando (a raíz de la Gripe A y la reciente rectificación de ) en durante la comida post-. Creo que fue Julio Bonis quien comentaba que la utilización excesiva de las vacunas ha propiciado un ambiente .

    Muchas gracias por haber dedicado tanto tiempo a hacernos reflexionar.

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  4. Leo esto que lleva escrito como hace un año pero vamos creo que poco hemos avanzado.
    Por un lado en nuestra sociedad, la muerte es algo oculto, no incorporado a la vida cotidiana; cuando realmente la llevamos "en la mochila" desde que nacemos.

    El hecho de que un padre/madre no piense en la muerte de sus hijos es simplemente porque es contranatura y digamos que no es un riesgo que asuma como probable.

    Sobre la prevención y su poca efectividad, pienso que falta prevención y sobre todo educación sanitaria bien hecha. La información llega por mil vías, pero como dice Enrique hay otros mil factores que se nos escapan, y esos son los que constituyen la percepticón de riesgo que en definitiva es la que inclina más la balanza hacia un cambio de comportamiento o no.

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  5. No estoy muy seguro de suscribir las palabras que entresacas del "Harrison". Creo que tantos años de incidir en que "más vale prevenir que curar" (incluso hubo un programa señero de la TVE con ese nombre) ha cundido en la sociedad, al menos en la española. La cultura de la inseguridad que tanto nos encargamos entre todos de fomentar promueve la necesidad de buscar medicamentos y vacunas con el fin de prevenir la enfermedad, no concebimos enfermar ni sufrir...
    EN cualquier caso, el Harrison se supone que es un libro "serio". En un libro de medicina, como en cualquier publicación científica, todas las afirmaciones deben estar sustentadas en datos científicos, resultados de estudios. Sin embargo, el párrafo al que mencionas, Aitor, no son más que suposiciones, impresiones, opiniones. No debemos basarnos en opiniones a la hora de afirmar cosas tan serias como las que plantea al autor... De lo contrario dejamos de ser ciencia, para pasar a ser tertulias de pseudoexpertos.
    Abrazos

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