Las aplicaciones sanitarias móviles están en pleno auge como ya preveíamos al recomendar los diez mejores buscadores de bibliografía científica con aplicaciones para teléfonos. Sin embargo son escasos, a día de hoy, los estudios serios que evalúen la verdadera utilidad de este tipo de aplicaciones para el seguimiento de patologías crónicas.
Hay varios motivos para que estas herramientas no sean aplicadas a la práctica clínica habitual. Además de los que causan que las TIC no estén integradas a día de hoy cabe destacar algunas más. Por un lado la diversidad de aplicaciones y por otro la dificultad para mejorar la privacidad requerida para el envío de información médica a través de Internet y con participación de terceros (compañías telefónicas, desarrolladores, etc.) son grandes problemas para su generalización.
Con cuentagotas siguen apareciendo estudios, generalmente de escasa potencia estadística y sólo aplicables a poblaciones muy específicas o aplicaciones diseñadas ex profeso. Pese a todo ello, los resultados parecen halagüeños y la evidencia sigue creciendo en favor del uso de los móviles en la atención Sanitaria.
Si bien todavía se trata de sistemas en beta, el reducido coste de este tipo de estudios debería hacer que en los próximos años viviéramos un aumento exponencial de los mismos tanto en número como en calidad. Del mismo modo, la tecnología móvil es cada vez más accesible e incluso en países y zonas de escaso desarrollo pueden crearse programas de seguimiento de enfermos crónicos por SMS o aplicaciones específicas.
Los Teléfonos de la Esperanza de Josh Nesbit, las iniciativas de HealthEngage para aumentar la adherencia al tratamiento, los servicios de SMS medical y algunos artículos que hemos reseñado a través de nuestra cuenta de Twitter (@somosmedicina)