Hace poco reseñábamos en trabajo de Carl Zimmer en el libro Science Ink donde recoge cientos de tatuajes de investigadores y fanáticos de la ciencia. Cadenas de ADN, fórmulas químicas, electrocardiogarmas, bacterias, neuronas...
Pero a veces son los científicos los que hacen los tatuajes. Es el caso de los oncólogos radioterápicos que para asegurarse que administran todos los ciclos de radioterapia en la zona correcta tienen que poner unas marcas de referencia. Y la forma más segura de hacerlo es tatuando unas pequeñas manchas (como un lunar) en las zonas que circundan al tumor.
Muchas veces los pacientes deciden eliminar después del cáncer el tatuaje, e incluso se hacen campañas a nivel nacional para eliminarlos. Pero para algunos supervivientes, el tatuaje es un buen recuerdo de esa lucha y de la nueva esperanza que han conquistado, así que deciden conservarlo para celebrar cada día que han ganado la batalla.
Del mismo modo, otros pacientes oncológicos conservan las máscaras para radioterapia que se usan con el mismo fin cuando los tumores son de cabeza y cuello. Estas máscaras se hacen de forma personalizada antes de empezar la radioterapia y evitan que el paciente se mueva durante la misma y así se preservan mejor las zonas sanas.
Os preguntareis que quién narices quiere acordarse de que fue tratado de un cáncer, linfoma o leucemia… ¡Pues mucha gente! Y no, no se trata de psicópatas, tarad@s o morbos@s… Se trata de gente que ¡está agradecida a la ciencia, a los médicos, incluso al destino, de seguir viva! Porque la máscara es el recuerdo de que gracias a un tratamiento los médicos te salvaron la vida. Algo impensable hace años… Pensadlo: solo hay que ver las vivencias asociadas al cáncer desde otro prisma.
Vanesa Sáez Iglesias @terapiacanguro en su blog
Hace tiempo que quiero comentar esta entrada y por fin encuentro el momento! :)
ResponderEliminarComo el tema de la oncología radioterápica es algo que me pilla muy de cerca y esos tatuajes, esas mascarillas... forman parte de mi día a día como médico quería ponerte mi punto de vista, lo que les explico a mis pacientes antes de tratarles y las reacciones que veo.
Como cuento en esta entrada http://carpediem-msconcu.blogspot.com/2011/03/planificacion-del-tratamiento.html, les digo que a partir de ahora tendrán unos "lunares" de más, pero que son necesarios para posicionarles siempre en la misma posición en la máquina de tratamiento.
Por lo que ido viendo hasta ahora, no lo llevan mal, las que peor lo llevan son las mujeres jóvenes tratadas de cáncer de mama, que tienen tatuajes en el pecho (a nivel del esternón y el costado...) y cuando luego se los ven, a muchas no les hace ninguna gracia.
Es cierto que se hacen con tinta negra, pero con el tiempo acaban siendo verde-azulados y no veas lo poco que les gusta eso a algunas. Personalmente les recalco que principalmente se los ven ellas y nosotros, los que estamos en contacto con el mundo de la oncología radioterápica que sabemos de la existencia de ese tipo de "tatuajes". Pero si no lo supiéramos, ni nos fijaríamos. Aún así más de una se queja (todavía no he visto alguna que se lo haya quitado, pero supongo que será cuestión de tiempo)
Creo que personalmente optaría por verlo como el recuerdo de algo superado, pero entiendo que cuando durante el tratamiento se pasa mal o cuando las cosas no van bien, lo último que se quiera es tener esos tatuajes... (aunque los que están peor nunca se quejan por eso... )
Y lo de la máscara, hace un par de meses le di una a un paciente que acabó el tratamiento. La verdad es que el pobre no lo llevó demasiado bien (la radioterapia en los tumores de cabeza y cuello es bastante dura) pero la quería, le hacía mucha ilusión tenerla y se la llevó a su casa tan feliz!!!! No veas qué alegría me dio verle tan contento con la máscara a pesar de estar hecho polvo tras el tratamiento... Este tipo de cosas son las pequeñas cosas que nos dan la vida también a nosotros los médicos y no puedo menos que agradecérselo a todos mis pacientes.
En fin, siento haber escrito un comentario tan extenso,
Un abrazo,
Tere
La oncología radioterápica me parece una gran desconocida para el alumno de medicina, pese a ser una especialidad con unas grandes dosis de dos características que parecen, a priori, antagónicas: tecnología y empatía.
ResponderEliminarEstaba esperando tu comentario y me ha gustado mucho que compartas tu experiencia en este área. La postura de Vanesa, que motiva esta entrada, me pareció encomiable por su optimismo ante la enfermedad. No sé cómo actuaría yo ante una situación similar, pero me gustaría llegar a tener ese aplomo para poder mirar a mi nuevo "lunar" y decirme a mi mismo «Pequeña mancha de tinta, estás ahí porque yo, mis médicos y la ciencia hemos ganado esta batalla».
En España no conozco que haya una iniciativa similar pero en Argentina una clínica promovió una campaña nacional para eliminar por láser los tatuajes de las pacientes tratadas por cáncer de mama http://www.hacercomunidad.org/escribi/articulo/11682
Muchas gracias por tu comentario, a sido un placer leerlo