Mientras en España todavía estamos pensando como regular legalmente el uso de drones (o vehículos aéreos no tripulados) tanto para actividades comerciales como para las lúdicas, en otros países el diseño y la aplicación práctica de los mismos ya está alcanzado el ámbito de la medicina, orientado sobre todo hacia las emergencias. Os dejo un par de ejemplos:
El prototipo diseñado por Stefen Riegebauer en 2012, estudiante postgrado de Austria (país que ya tiene una regulación estricta sobre el uso de drones desde el 1 de enero de 2014) y llamado Smart Aid, consiste en un dron capaz de transportar un equipo de primeros auxilios completo, incluyendo un desfibrilador.
El sistema funcionaría así: desde un dispositivo móvil con una aplicación con localización mediante GPS, se envía una señal de socorro, que recibe el centro médico o de emergencias coordinador (que podría observar el accidente desde la cámara del móvil, algo muy útil para evitar llamadas falsas), y una vez confirmada la emergencia, el dron despega a toda prisa con su equipo para llegar rápidamente donde se le solicite. Algo con un potencial increíble para zonas rurales o aisladas donde una ambulancia tardaría en llegar. Incluso en zonas con una densidad de tráfico elevada podría ser útil, pero aún el vuelo en zonas urbanas de estos vehículos no tripulados podría ser peligroso.
El propio Riegebauer ha admitido que este sistema no sustituiría completamente las ambulancias, sino que sería un complemento muy útil para cosas como, por ejemplo, el manejo de paradas cardíacas en lugares remotos donde la ayuda tarde en llegar. Su idea fue finalista en el James Dyson Award.
Defi-copter: ¡desfibriladores paracaidistas!
Ideado por Definetz, una organización alemana sin ánimo de lucro dedicada a la prevención de muertes por paradas cardíacas, en colaboración con los fabricantes de drones Height Tech GmbH y la empresa suiza Schiller (especializada en manufacturación de desfibriladores), es un proyecto muy similar a Smart Aid, con la diferencia que sólo tiene como objetivo el envío de un desfibrilador allá donde se necesite.
Con una app que localiza al sujeto que solicita ayuda, el dron, que vuela a 70 km/h y tiene un radio de acción de 10 km, descarga el desfibrilador con un pequeño paracaídas a muy poca altura, evitando la necesidad de aterrizar.
Sin embargo, el dron requiere un piloto experto que lo dirija de forma remota según la ley germana, además de tener un coste de 26.000 euros por unidad. Hasta ahora, Definetz no ha dejado claro el futuro de este prototipo.
En cualquier caso, son ideas estupendas que probablemente, tarde o temprano, veamos convertidas en realidad. Algo necesario, ya que sólo en Alemania mueren 100.000 personas al año debido a paradas cardiorrespiratorias.
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