La base farmacológica por la que la IL-6 produce este efecto se suponía desde hace tiempo ya que favorece la neuromodulación durante el sueño tardío, justamente el encargado de fijar recuerdos y de almacenar el aprendizaje.
Para poner a prueba dichos efectos y la conexión entre la actividad del Sistema Nervioso Central y el Sistema Inmunitario, los investigadores tomaron 17 pacientes que repartieron en dos grupos y a los que realizaron diferentes exámenes de memoria (localización de objetos, tecleo de secuencias, repetición de textos).
Pese al reducido número de participantes y las evidentes limitaciones, los resultados podrían abrir nuevas vías de desarrollo que seguiremos con interés
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Visto en Tendencias21.
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