Una investigación puesta en marcha por el Hospital Universitario de Canarias ha comprobado la utilidad de los acelerómetros (al estilo cardiotrainter) para valorar el estadio en el que se encuentra un paciente con artritis reumatoide. Los acelerómetros, que han llevado durante cinco días, han registrado el tiempo durante el que un grupo de pacientes con artritis reumatoide se han movido, comparándolo con un grupo de pacientes sin la enfermedad. Además, han repetido el experimento a los seis meses, llegando a la conclusión de que efectivamente los pacientes con artritis reumatoide se mueven menos y sobre todo a medida que la enfermedad evoluciona.
Curiosamente han encontrado cómo la limitación de la movilidad no depende sólo del daño en articulaciones como rodillas o caderas, también se movieron menos aquellos pacientes que tenían afectadas las manos, los codos o los hombros.
La aplicación de pequeños dispositivos a la investigación biomédica está empezando crear nuevas vías para acercarnos a datos que antes no podíamos observar, por ejemplo con el eButton que nos permite conocer el estilo de vida de cada paciente, incluyendo imágenes de lo que come y registros de la actividad física.
De momento los investigadores se han limitado a describir la utilidad de estos sensores de movimiento en la valoración del estado de afectación por la artritis reumatoide, el siguiente paso es estudiar cómo pueden utilizarse estos datos para mejorar el tratamiento que recibe cada paciente. La importancia radica en que la disminución de la esperanza de vida de estos pacientes se debe sobre todo a su mayor predisposición para las enfermedades cardiovasculares ya que se ven limitados para mantener un estilo de vida activo.
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Escasamente un mes después de esta noticia apareció publicado en la revista Rheumatology un artículo titulado "The clinical utility of accelerometry in patients with rheumatoid arthritis" planteando similares conclusiones.