Cuando los médicos pasan demasiado tiempo mirando a la pantalla del ordenador, las claves no verbales de la comunicación pueden perderse, afectando a nuestra habilidad para comunicar con los pacientes, para conectar con ellos y crear un vínculo médico-paciente de confianza.
Como ya revindica la campaña "Mírame, Diferénciate" la llegada de la historia clínica electrónica (HCE), resulta difícil para los pacientes lograr nuestra atención. En el próximo número del Journal of Medical Informatics se publicará un artículo que recoge el trabajo realizado usando tecnología de seguimiento de la mirada durante 100 consultas médicas. Así, mediante cámaras que registran el movimiento de los ojos, han descubierto que el médico pasa cerca de un tercio de la entrevista mirando a la pantalla del ordenador en vez de al paciente y que con las historias en papel esta proporción es significativamente menor. Curiosamente, los pacientes también pasan una gran parte de la consulta mirando a la pantalla, entiendan o no lo que allí se refleja.
Los patrones de mirada del médico durante la primera visita ejercen una poderosa influencia en el comportamiento y los movimientos de la mirada del paciente. Por lo tanto, cualquier oportunidad perdida para establecer un contacto visual supone una importante merma en la capacidad de crear un vínculo entre médico y paciente en los escasos minutos de que disponemos.
Resulta paradójico que una herramienta ideada para ayudar a los sanitarios a prestar una asistencia más efectiva, eficiente y centrada en el paciente, esté teniendo los efectos opuestos. Los autores del estudio esperan que con este tipo de investigaciones se logre adaptar el diseño de los sistemas de HCE para potenciar la interacción médico-paciente a través, por ejemplo de programas que faciliten la participación del paciente o el desarrollo de guías para entrenar a los facultativos en la comunicación con el paciente.
| fuente doi:10.1016/j.ijmedinf.2013.11.003
El invitado de piedra en la consulta sin duda es la pantalla, la impresora que se atasca o el ratón que no funciona bien. Por un lado si no registramos, parece que no hacemos, si no registramos no plasmamos unas actuaciones que nos servirán a nosotros o a otros a continuar con la labor asistencial. Cuando pusieron ordenador en la consulta lo primero que hice fue un curso de mecanografía. No es la panacea, pero ganar unos minutos de mirada con el paciente, no tiene precio.
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