Puede parecer difícil encontrar una relación entre soja, obesos y sexo, pero los médicos e investigadores en general son seres extraños y en consecuencia a veces obtienen resultados extraños.
En 2008, el profesor Jorge Chavarro, de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU) presentaba un trabajo que coordinó. En el mismo, tomando a 99 pacientes (varones) que acudieron a un centro de fertilidad en Massachusetts realizaron encuestas sobre hábitos sexuales y de alimentación. Entre esos 99 pacientes, un 72% eran obesos, con una edad media de 36 años y la mayoría no fumadores.
Pues bien, sólo un 42% tenía un esperma con la fluidez y características dentro de la normalidad.
Parece que a parte de los evidentes problemas físicos que plantea la obesidad para mantener relaciones sexuales plenas, parece que también los trastornos hormonales derivados de la gordura excesiva pueden ocasionar problemas de satisfacción sexual a los que la padecen.
Este último punto fue estudiando por Ahmad Hammoud para un artículo que publicó en el JCEM sobre el efecto de una técnica de bypass-gástrico en la mejora de la calidad de vida de hombres obesos y esteroides sexuales.
¿y qué hay de la soja?
Tal y como cuenta la Wikipedia, el consumo de productos de soja ha sido relacionado a muchos beneficios de salud, y pueden proteger contra el cáncer de mama y el cáncer de próstata, también reduce los síntomas de la menopausia, disminuye el riesgo de enfermedad cardíaca y osteoporosis. Muchos de estos beneficios vienen de los isoflavones y los fitoestrógenos.
Por desgracia, estos mismos fitoestrógenos reducen notablemente la capacidad de los hombres para producir espermatozoides. Esta reducción se comenzaba a dar ya en los sujetos del estudio que consumieron media ración de productos elaborados con dicha legumbre diariamente.
Los investigadores hablan de una diferencia muy significativa, una reducción de hasta 41 millones menos de espermatozoides por milímetro cúbico, teniendo en cuenta que los valores normales se encuentran entre los 80 y los 120 millones de espermatozoides por milímetro cúbico, estamos ante una reducción de aproximadamente la mitad.
Algo realmente preocupante dado que el exceso de fitoestrógenos en la dieta está considerado como la causa principal de esterilidad en el mundo animal. Además muchos veganos siguen una dieta basada en la leche de soja, el tofu y el tempeh, todos derivados de la legumbre asiática.
Sin embargo ya he anunciado que los seres humanos tenemos la capacidad extraordinaria de sorprendernos a nosotros mismos. Y es que resulta que en los asiáticos, el consumo diario de soja no parece afectar a la fertilidad... o tal vez sí, al fin y al cabo las estadísticas dicen que los testículos de nuestros vecinos orientales son más pequeños y tal vez la menor incidencia de la obesidad en los países del sol naciente compense su consumo 5 o diez veces mayor de soja.
Dejemos que las investigaciones nos sigan sorprendiendo.
En 2008, el profesor Jorge Chavarro, de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU) presentaba un trabajo que coordinó. En el mismo, tomando a 99 pacientes (varones) que acudieron a un centro de fertilidad en Massachusetts realizaron encuestas sobre hábitos sexuales y de alimentación. Entre esos 99 pacientes, un 72% eran obesos, con una edad media de 36 años y la mayoría no fumadores.
Pues bien, sólo un 42% tenía un esperma con la fluidez y características dentro de la normalidad.
Parece que a parte de los evidentes problemas físicos que plantea la obesidad para mantener relaciones sexuales plenas, parece que también los trastornos hormonales derivados de la gordura excesiva pueden ocasionar problemas de satisfacción sexual a los que la padecen.
Este último punto fue estudiando por Ahmad Hammoud para un artículo que publicó en el JCEM sobre el efecto de una técnica de bypass-gástrico en la mejora de la calidad de vida de hombres obesos y esteroides sexuales.
¿y qué hay de la soja?
Tal y como cuenta la Wikipedia, el consumo de productos de soja ha sido relacionado a muchos beneficios de salud, y pueden proteger contra el cáncer de mama y el cáncer de próstata, también reduce los síntomas de la menopausia, disminuye el riesgo de enfermedad cardíaca y osteoporosis. Muchos de estos beneficios vienen de los isoflavones y los fitoestrógenos.
Por desgracia, estos mismos fitoestrógenos reducen notablemente la capacidad de los hombres para producir espermatozoides. Esta reducción se comenzaba a dar ya en los sujetos del estudio que consumieron media ración de productos elaborados con dicha legumbre diariamente.
Los investigadores hablan de una diferencia muy significativa, una reducción de hasta 41 millones menos de espermatozoides por milímetro cúbico, teniendo en cuenta que los valores normales se encuentran entre los 80 y los 120 millones de espermatozoides por milímetro cúbico, estamos ante una reducción de aproximadamente la mitad.
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