Todavía estamos lejos de aquel sueño de Atala en cuanto a la fabricación in vitro de órganos y tejidos biocompatibles transplantables. Sin embargo las limitaciones de los programas de transplantes siguen ahí, siendo hoy por hoy la más importante, la carencia de órganos para trasplantar. Ya hemos logrado sustituir artificialmente la función más importante del páncreas gracias a las nuevas bombas de insulina y hemos visto diseños para el futuro de esta tecnología. Ahora le ha llegado la hora al corazón.
El Hospital 12 de Octubre de Madrid ha sido el primero de nuestro sistema en implantar una bomba que sustituya casi por completo la función cardíaca generando un flujo axial que desvía la sangre desde el apex hasta la aorta ascendente, tal y como se muestra en la imagen.
El dispositivo, que se encuentra todavía en fase de estudio, ya ha dado resultados esperanzadores en pacientes con insuficiencia cardíaca refractaria a tratamiento médico y cuyo pronóstico era hasta ahora sombrío.
Aunque la aplicación de una bomba mecánica para sustituir la función del miocardio no es nueva, pues ya la ideó Max von Frey en 1885, este es el primer dispositivo que se implanta de forma permanente en el interior del paciente de forma indefinida. El diseño compacto y la escasa superficie de contacto con la sangre de los dispositivos actuales, junto con la ausencia de válvulas en los mismos, ha logrado reducir la incidencia de infecciones y otras complicaciones asociadas. Además el tiempo de recuperación ha sido excelente u en tan solo 30 días, teniendo en cuenta lo cruento de la intervención y las características del paciente; un varón de 67 años que padece simultáneamente EPOC, insuficiencia cardíaca debida a un IAM previo e insuficiencia renal.
Si os interesa el tema, este artículo «Edmundo I. Cabrera Fischer, Luis Romero, Alejandra I. Christen, Eduardo de Forteza; Rev Fed Arg Cardiol 2002; 31: 387-391» da una idea bastante general de los tipos de sistemas de flujo axial y cómo han ido evolucionando.