Neil Harbisson es un ciberhumano, de hecho, el primer ciberhumano reconocido legalmente por un país. Nacido con una extraña enfermedad conocida como acromatopsia, no es capaz de ver los colores, su ojo sólo percibe una escala de grises. Para solucionar el problema que esto conlleva ha utilizado la sinestesia, que es una forma en la que el cerebro interpreta un sentido (en este caso el sonido) como los datos percibidos por otro de los sentidos (en este caso la visión). Neil ve lo que oye.
Para lograr esto ha estado usando desde hace años un dispositivo acoplado a su cabeza, un ojo digital que convierte los colores en sonidos. Así que cuando oye un sonido, una nota musical, Neil lo interpreta como un color. Su adaptación ha llegado a tal nivel que ha condicionado su memoria hasta el punto de que recuerda la melodía asociada a cada persona y esto influye en su primera impresión al conocer a alguien nuevo. Tanto es así, que ahora ya sus sueños tienen colores e incluso los sonidos normales han empezado a evocarle colores.
En el diseño del dispositivo, que ahora ya forma legalmente parte de su persona, han colaborado los informáticos Adam Montandon, Peter Kese y el barcelonés Matias Lizana. La última mejora ha sido ampliar la percepción a colores que el ojo humano no puede ver, como el infrarrojo o el ultravioleta. De este modo Neil Harbisson no sólo es un cíborg, se ha convertido en un humano con supervisión ampliando sus sentidos.
0 comentarios:
Publicar un comentario