Así es como pica realmente un mosquito y no,
visto de cerca tampoco es agradable.
A diferencia de lo que imaginamos, la trompa del mosquito tiene una gran flexibilidad que aprovecha para buscar con insistencia los pequeños capilares.
Los microtúbulos que conforman la probóscide se separan en busca de la sangre y finalmente, cuando la encuentran, pueden permanecer varios minutos succionando ya que las sustancias anestésicas de las que se acompaña su saliva evitan que nos enteremos de su presencia. Los vídeos corresponden a una investigación sobre la transmisión de la malaria, y la víctima era un pobre ratón anestesiado. Por cierto, esta propia saliva es la culpable de que a los pocos minutos nos crezca un hermoso habón
| lo vimos en lainformacion.com
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