Es algo que se enseña en clases de física del instituto y en los primeros años de la carrera: el descubrimiento de los rayos X por Röntgen, y los experimentos de Tesla y Crookes con tubos de vacío. El proceso clásico de su obtención consiste en desacelerar haces de electrones muy energéticos que viajan a través de un tubo de vacío o con gas a baja presión desde un cátodo hasta un ánodo inclinado que apunta la energía emitida del choque en forma de rayos X hacia el objetivo deseado, en nuestro caso, alguna parte del cuerpo del paciente, a través de una ventana transparente.
En 100 años, este esquema para la obtención de rayos X no ha variado demasiado. Se necesitan máquinas aparatosas y caras, no siempre accesibles para todos en cualquier lugar. Teóricamente, hasta ahora.
Pero eso puede cambiar. Tribogenics, una empresa norteamericana, trabaja desde hace tiempo en un nuevo sistema de obtención de rayos X a partir de la llamada triboluminiscencia, un efecto observado desde hace siglos pero no muy bien conocido hasta hace poco, que consiste en la emisión de luz por la separación y posterior unión de cargas eléctricas tras la acción mecánica sobre un sólido, como por ejemplo la rotura de algunos cristales determinados en condiciones específicas.
Fue en 2008 cuando investigadores de la Universidad de California describieron en un artículo en Nature cómo habían conseguido emitir rayos X (además de luz visible) usando una cámara de vacío y cinta adhesiva Scotch:
Si. Habéis leído bien: cinta adhesiva. Desenrollando cinta adhesiva barata y cutre bajo condiciones especiales se puede conseguir emitir rayos X. La empresa de las que os hablaba antes, Tribogenics, afirma haber desarrollado (partiendo del mismo principio de los experimentos con la cinta adhesiva) una nueva tecnología basada en polímeros metálicos que pueden incorporarse en aparatos realmente pequeños que permitirán la creación de emisores de rayos X que no sólo son portátiles (del tamaño de un smartphone), sino más baratos y seguros (los cristales de los tubos de vacío son frágiles).
Carlos Camara, miembro de Tribogenic, y su nuevo emisor de Rayos X
Una tecnología que revolucionará totalmente la técnica de la radiología de rayos X. Según los desarrolladores, permitirá, entre otras cosas, que estos aparatos, ahora carísimos y grandes con un manejo que requiere personal especializado, sean accesibles a lugares con pocos recursos (como países del Tercer Mundo).
| vía singularityhub
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