La venta a nivel mundial de sistemas informáticos de gestión sanitaria mueve una industria multimillonaria. Los altos costes, las frecuentes brechas de seguridad y sistemas que fallan, así como la incapacidad de hacer que los sistemas de diferentes fabricantes se comuniquen entre sí suelen atraer las críticas de los medios de comunicación y de quienes vemos con asombro cómo se desaprovecha una magnífica oportunidad de mejora. Y pese a todo, los responsables políticos siguen desconfiando de un modelo de software, el Open Source, que podría aportar soluciones a muchos de estos problemas. La excusa esgrimida es la falta de seguridad de los sistemas de código abierto, algo que cualquier usuario informático avanzado puede reconocer que es falso. Ahora también un análisis de estos sistemas llevado a cabo en el University College of London (UCL) confirma que en muchas ocasiones la opción Open Source es más segura que las alternativas licenciadas bajo copyright cerrado.
El Open Source es un modelo de venta o distribución en el que el código del software puede ser analizado, editado y reutilizado libremente. Este tipo de licencia permite al usuario (o comprador) un mayor control sobre el sistema permitiéndole realizar los cambios que considere oportunos ya sea para aumentar la seguridad o para mejorar la experiencia de uso. En España tenemos el ejemplo de gnuLinEx como apuesta firme por el uso de software de código abierto, pero no es suficiente.
Las críticas al software libre empiezan argumentando que al ser público el código, los atacantes podrían encontrar y aprovechar vulnerabilidades con mayor facilidad. Pero esto, que ya estaba refutado por la experiencia, ahora tampoco se sostiene ante el estudio de la UCL y de hecho el código abierto parece más seguro que otros sistemas. Los vendedores de software cerrado -propietario- se basan en un argumento de seguridad a través de la oscuridad. Pero en la práctica esta filosofía falla ya que el código puede ser expuesto; además a consecuencia de esa falsa imagen de seguridad, el código suele esconder graves errores que pueden ser fácilmente aprovechados para acceder al sistema. Por lo tanto un código abierto facilita la revisión del código por terceros, acelera el cierre de fallos y obliga a los programadores a escribir un código de mayor calidad.
Miles de personas han apostado por el código abierto desde que Richard Stallman iniciara el proyecto GNU y millones más desde que se acuñara el término Open Source. Se trata de un modelo de creación del que han nacido las bases para la Red tal y como la conocemos hoy en día. Una apuesta seria por los sistemas de código abierto puede suponer que esta revolución de la eSalud suponga realmente un cambio favorable o quede sólo en un mal intento de mejorar la Sanidad. Ya sabéis, por vuestra seguridad (y la de los pacientes) lo mejor es cambiarse.
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